domingo, 6 de enero de 2013

Traslado – Héctor Ranea


Tomó amorosamente la valija con ambas manos, abrazándola más que tirando de ella para levantarla. La apoyó en la caja abierta de la camioneta que se veía estar trasladando, al menos, siete valijas de tamaños semejantes. Apenas pudo con el peso, pero con un gemido de esfuerzo alcanzó a acomodarla en la tapa de la puerta. Luego la empujó con un suave movimiento de cadera. Una vez que la estibó, se acercó al conductor, le dio una suma de dinero que evidentemente ya estaba pactada y éste, que había mirado todo con indiferencia desde el volante, se marchó luego de darle un recibo.
Se quedó llorando con disimulo en la acera. Donde estuvo la camioneta quedó una extraña marca casi circular a la que se acercó un perro callejero a olisquear. Luego de unos minutos, entró en su edificio de departamentos. La camioneta llegó al basural y prendieron fuego a todo.
En casa, él revisó que no quedara ninguna traza de sus al menos siete amantes y ventiló la casa en espera de su nueva conquista.

Sobre el autor: Héctor Ranea

2 comentarios:

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Por coincidencia, o deliberación, los dos cuentos de Ranea se articulan en torno al amor, visto desde perspectivas diametralmente opuestas, claro. Mientras el otro cuento es sarcástico, este es hondo y cruel. ¿O es a la inversa?

Ogui dijo...

Amores extraños, les llamábamos altri tempi. No sé cuál es más sarcástico, eso sí. Gracias, Sergio por leerlos!