jueves, 1 de noviembre de 2012

Vacaciones - Claudia Sánchez


Comenzó el receso escolar de invierno. Afuera, la temperatura apenas sube un par de grados sobre el cero, por lo que recomiendan salir solo para lo estrictamente necesario, hasta tanto la ola polar pase.
"Máaaaa... estoy aburrido..." mientras desde la biblioteca, la cajonera y el baúl, algunos libros, juegos y juguetes llevan una vida de ociosidad, interrumpida semanalmente por el paso intempestivo del plumero.
"No quiero jugar solo..." esgrime con el hábil manejo de ese llanto culpabilizador que me conozco de memoria. Entonces ensayo algunas de esas frases que siempre odié y que, cuando las escuchaba, me hacían pensar en un "y a mí que me importa", prudentemente callado:
—Cuando yo tenía tu edad...
—Bueno, está bien, negociemos, —como si yo se lo hubiera propuesto.
—¿Qué negociamos? —Pregunto, arrepintiéndome de algunas de mis expresiones fielmente copiadas por esta esponja ultra absorbente.
—Nos turnamos con la compu y con la tele, yo practico las tareas a la mañana, y a la tarde, si no salimos, jugamos los dos a algo...—Con esa cara de haber concebido el plan perfecto.
A mí no se me ocurrió pensar en una rutina para los 20 días de receso.
Su plan, si bien necesita de algunos ajustes, parece muy viable. Comenzó a regir desde ayer.
¡Buenas vacaciones! Nos vemos en la vuelta a la normalidad.


Tomado del blog: Cortitos

Sobre la autora: Claudia Sánchez

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