miércoles, 21 de noviembre de 2012

Costos – Alejandro Bentivoglio & Carlos Enrique Saldivar


Se despierta a la misma hora, todas las madrugadas. Siente que una fuerza más poderosa que él lo invade, que lo lleva a querer matar a toda su familia. De hecho, no es la primera vez que intenta estrangular a su esposa. Incluso una noche ha descuartizado al perro. No es el único de la casa que experimenta los fenómenos. Pero todos aceptan que el alquiler de Amityville es una ganga. Les resultaría imposible marcharse en ese momento, por ello se someten a la cruel malignidad que invade la residencia. Padecen las perturbaciones, las alucinaciones, las sensaciones pútridas que les invitan a lastimarse entre ellos.
Se despierta. Esta vez lo va a hacer. Se dirige al cuarto de su mujer primero. La asesina de seis martillazos en la cabeza para no hacer ruido. De inmediato, se dirige el cuarto de sus dos pequeños hijos. Los cocerá a balazos. Pero sucede algo imprevisto: recibe un golpe en la cabeza, cae al suelo, sangrante. Acto seguido es bañado con gasolina, y le prenden fuego. Se le han adelantado. El poseído ha sido atrapado por alguien más listo que él y arde en vida.
Después de matar a su padre, los niños retornaron a su cuarto y se golpearon con ferocidad el uno al otro hasta que fueron consumidos por las llamas.