martes, 1 de mayo de 2012

Una cuestión de tiempo – Antonio J. Cebrián


Diez millones de soldados perfectamente equipados estaban preparados a bordo del traslador. Mercenarios, soldados profesionales, presidiarios y un numeroso grupo de voluntarios estaban prestos para comenzar la invasión.
Dentro de pocos minutos arengaba el líder, los humanos que habitan el Universo paralelo KG-12 pondrán en marcha su nuevo generador de energía con fines experimentales. Lo que no saben es que, como consecuencia del nivel energético que alcanzarán, se producirá un agujero que comunicará por vez primera su universo con el nuestro. Aprovechando esta circunstancia, nuestro crucero de alta capacidad penetrará en su mundo llevando a bordo el mayor ejército que nuestra raza ha llegado a reunir en sus múltiples campañas de expansión y glorificación de mundos. Someteremos su planeta y lo usaremos como plataforma para expandirnos por todo su universo. ¡Nuestra única frontera es la Eternidad!
Un estruendo de vítores inundó la sala. Los soldados comenzaron a activar sus armas y cerrar los cascos herméticos. La cuenta atrás estaba en marcha.
Tres, dos, uno, cero… Las luces parpadearon, los sistemas se sobrecargaron pero aguantaron el embate mientras los haces energéticos trataban de aferrar y mantener estable el agujero generado. El traslador comenzó a vibrar y lanzó un destello cegador mientras proyectaba al crucero a través de la singularidad.

En el superacelerador del CERN, en Suiza; los responsables del experimento debatían, emocionados en torno a la pantalla con las trazas de las partículas generadas.
Mirad esto. ¿Creéis que puede ser un nuevo tipo de partícula?
Yo dirá que sí.
Para una partícula inestable, la duración ha sido impresionante, casi una milésima de segundo.
Ciertamente, comparada con las otras, toda una eternidad.

Acerca del autor:
Antonio J. Cebrián

1 comentario:

Javier López dijo...

¿Y a ningún tipo del CERN se le había olvidado apretar un enchufe?
Muy bueno, Antonio.