martes, 21 de febrero de 2012

Hotel Zepelio - Adriana Alarco de Zadra


He decidido aventurarme en una de las Vacaciones de Ensueño que ofrecen los Hoteles Voladores Zepelio. Unos dan la vuelta alrededor del planeta, acercándonos a estrellas, satélites y asteroides como nunca antes habíamos pensado ver tan de cerca. Los que flotan bajo los océanos reflejan el mundo de abismos oceánicos y de animales que pueblan tales territorios acuáticos.
Existen otros Hoteles Voladores que se desplazan sobre las montañas y cumbres nevadas de las cordilleras, dando la sensación de vivir en medio del hielo eterno.
He escogido visitar la amazonía. El capitán del Zepelio nos ilustra la maravilla tecnológica que es este nuevo invento y sus características de extrema seguridad mientras lo escuchamos cómodamente sentados. Copio en mi diario sus palabras:
“Aquí, como en otros lugares, el Zepelio está sujetado por un dirigible que utiliza un nuevo tipo de combustible gaseoso, el Blaugas 15M, no inflamable, ligero como el aire y que permite una navegación a cuota constante en condiciones de clima sereno. Viajamos a una altura suficientemente segura de los peligros que nos rodean, como animales salvajes y lugares invadidos por la vegetación desbordante. Por lo tanto espero que no nos topemos con jaguares, pumas, tapires, otorongos, boas y otros bichos feroces. Este dirigible tiene sustentación estática y recorre parajes aún deshabitados, donde se puede encontrar belleza y tranquilidad, admirando paisajes inusitados y totalmente fuera del alcance de la mano destructora del hombre.”
Estamos felices. La estructura casi rígida de la carena del dirigible Z.R.S. 4/5, según el capitán, es indeformable. La potencia motriz y su máxima estabilidad lo hace lo más moderno en hoteles voladores. Sus puertas y ventanas se maniobran dinámicamente abriéndose y cerrándose con pulsantes comandados por energía solar.
A través de las paredes transparentes descubrimos las copas de altísimos árboles como la caoba de madera roja que se alza más de cincuenta metros sobre el suelo, cedros, castaños y cataguas de tronco blanco. Vemos orquídeas maravillosas que viven en las ramas más altas buscando la luz
Los papagayos, loros, periquitos, guacamayos de colores impactantes, los mot mot, verdes alciones, hoazines, jilgueros, tanagras y trompeteros surcan los cielos  en tropel, como manchas variopintas de nubes enardecidas. Más alto, vuelan con lentitud y elegancia los cóndores reales.
En las horas nocturnas, las luciérnagas y otros insectos luminosos aparecen en el cielo como miles de estrellitas y faroles que encienden la oscuridad de la floresta. Por el intercomunicador, el capitán nos permite escuchar el sonido que produce la selva, el viento, los gritos, cantos y lamentos de miles de animales que nos rodean. Es un lugar maravilloso con ese río inmenso de aguas frenéticas que se introduce en medio de la vegetación como una serpiente gigantesca. Me he atrevido a abrir la puerta de seguridad para sentir el olor de este mundo y observar las gigantescas mariposas. Cierro rápidamente cuando el piloto nos indica que está prohibido abrir las puertas y que debemos relajarnos.
Sin embargo, una garúa leve se está convirtiendo en implacable lluvia y después de pocas horas se escuchan los vientos huracanados rugir fuera del hotel. A pesar de que son frecuentes los ciclones que azotan esta zona, no están previstas perturbaciones atmosféricas de extrema violencia. El Zepelio ha bajado casi a ras del agua en medio de la laguna y vemos unos caimanes negros en las orillas abriendo sus fauces hambrientas, serpientes que se entrelazan entre los matorrales, enormes peces que asoman la cabeza entre las aguas
Afuera, el viento mueve la vegetación y con inquietud vemos pasar cerca a las ventanas, ramas y troncos partidos llevados por la corriente de aire.
Por la imperceptible ranura de la puerta entra una fila que se vuelve luego mancha oscura. Nos indica el piloto que las hormigas del lugar son especialmente carnívoras, agresivas y predadoras. Cumplen expediciones de caza bajo la lluvia superando todos los obstáculos, aún acuáticos, formando con sus cuerpos una cadena que funciona como puente. Eso no es tranquilizante pero no vamos a asustarnos por unas cuantas hormigas.
Sin embargo, repite que las hormigas atacan mordiendo, desangrando y despedazando a cualquier ser vivo que atraviesa su camino. Creo que delira. ¿Tendrá algún problema psicológico contra los insectos? Trato de llegar hasta la cabina del piloto para rogarle que levante el Hotel volador porque estamos muy cerca al suelo y nos golpean las ramas de los árboles, o que pida ayuda al Centro de Hoteles Zepelio y camino pisando las hormigas que han entrando al recinto.
Escuchamos un grito aterrorizante. No podemos entender lo que sucede, pero, al abrir la puerta de comunicación, sale el capitán moviendo los brazos con desesperación, cubierto totalmente por hormigas que lo están devorando. Ahora sí, corremos hacia la puerta de seguridad del Z.R.S. 4/5 pero no podemos abrirla. Estamos prisioneros del lugar y la salida está trabada. No puedo escribir más porque me trepan las hormigas por las piernas.

Nota periodística:
Un ciclón barrió la zona de la Laguna Sagrada el último fin de semana. Hasta el momento no han encontrado huellas ni rastros de los sobrevivientes. El Hotel Zepelio estaba cubierto y habitado por enormes hormigas arrieras, aladas, cazadoras, guerreras, ísulas, pucacuro y curcunchas. El Centro de Hoteles Voladores ha procedido a la desinfección y a la fumigación del local. Se presume que los turistas y el piloto abandonaron el lugar. Los siguen buscando en los alrededores.
Interrogado un habitante indígena, indicó que la Madre Naturaleza castiga a los turistas que se atreven a violar el Sacrosanto Espacio Aéreo de la Catedral Medioambiental y que si no hay sobrevivientes, probablemente habrán sido presa de las hormigas gigantes. Estas fantasías no nos impiden esperar el pronto rescate de los valientes turistas que se aventuraron hace pocos días en las selvas para sus Vacaciones de Ensueño en el Hotel Zepelio. Entre los objetos de los pasajeros, se ha encontrado el texto de un diario muy deteriorado que las autoridades están tratando de descifrar para levantar el velo de misterio que rodea esta circunstancia.

La autora:

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