miércoles, 21 de diciembre de 2011

Golosos – Sergio Gaut vel Hartman


El extraterrestre miró desconcertado a todos los presentes. Sus seis ojos permitían una visión de trescientos sesenta grados.
─¿Es verdad que pueden escribir una historia condensada en ciento cincuenta palabras?
─En efecto. ¿Ustedes no tienen algo así? ─El presidente de la Asociación Galáctica de Microcuentistas estaba orgulloso de la expansión alcanzada por el género desde que Amosval, Rahanert y Sangaman pusieran a punto el motor hiperlumínico Rahanert-Sangaman, gracias al cual la humanidad pudo empezar a viajar a otros sistemas solares.
─Nunca se nos hubiera ocurrido. ─El extraterrestre medía seis metros y tenía doce extremidades; todo en él era abundante─. Nuestras ficciones más breves tienen seis millones de palabras, y aclaro que nuestras palabras no son cortas. Una transcripción al lenguaje de ustedes de la palabra “mapa” (recuerden que somos hermafroditas) sería “qwetuopasdifghikloz” y “otorrinolaringólogo” se dice “graatnanazirodiofremoenhijirti”.
─Mmm. Vamos tener que reconsiderar el ingreso de los ghistoyertoigurtemonis a la Asociación Galáctica de Microcuentistas.
─¡Qué pena! ─se lamentó el extraterrestre─. Estábamos tan ilusionados...
─¿Por qué estaban tan ilusionados?
─Nos dijimos: los individuos de una especie tan culta, ingeniosa y refinada tienen que ser extremadamente sabrosos.

1 comentario:

Florieclipse dijo...

Y eso que no le contaron al extraterrestre lo bien alimentados que están los microcuentistas por los pagos del sur. De saberlo, llegarían hasta el soborno con tal de ser aceptados en tan suculento grupo.