sábado, 2 de julio de 2011

A cualquier precio – Sergio Gaut vel Hartman



La aspiración de Fabricia era abrirse paso en el mundo de las letras, y aunque sus talentos naturales eran escasos tirando a nulos, su obstinación superaba la mesura que debe regular los actos de una dama. Por eso, en cuanto tuvo oportunidad de hacerlo, se tomó una nave con destino a Abecedario y una vez allí arremetió contra las eñes y las efes, mutiló a las jotas y las íes, despanzurró a las os, las des y las bes, usó las ves (o uves), las equis y las emes invertidas para ensartar a las ges y las haches. Una carnicería, se mire por donde se mire. Fabricia estaba satisfecha y su objetivo cumplido. No obstante, un hecho impensado enturbió su felicidad y la deprimió hasta límites insospechados: el hedor de las eses muertas, más nauseabundo que el que impera en un cementerio de elefantes, estimuló los reflejos de su sistema digestivo y le provocó la infausta serie de vómitos que la llevaron a la tumba. Y allí yace Fabricia, con sus huesos blanqueándose al sol que alumbra Abecedario, insepulta, claro, y sin epitafio, por supuesto, ya que las letras, vengativas, se negaron a ordenarse aunque fuera en una frase mínima, ya fuera cáustica o sangrienta.

Sergio Gaut vel Hartman

1 comentario:

Ada Inés Lerner dijo...

La venganza de las letras me parece excelente, despuès de todo Fabricia porquè esa necesidad de escribir, el crochet es màs ùtil y vistoso. ¡Excelente Maestro!