Me he propuesto matar a uno por día.
Esto fue hace una semana y lo voy cumpliendo. Llevo un diario en el que detallo las circunstancias y algunos detalles.
Anoto, además, algunos datos en mi celular. También he sacado algunas fotos, pero los detalles se pierden porque la resolución de mi cámara no es buena.
Casi todos los asesinatos son en mi cama. He decidido no cambiar ni lavar las sábanas. Me gustan las manchas de sangre sobre ellas. Y el olor, es agradable.
Quisiera elevar la cantidad de muertes por día. Me siento frenética y uno por día, me parece insuficiente. No voy a lograr exterminarlos nunca. Sin embargo, debo colocar cámaras para monitorear, porque encontré algunos cadáveres en el baño y en el living.
Mi afán de terminar con ellos es tan grande que temo enfermar.
El asesinato está ejerciendo presión psicológica en mí y ellos siguen reproduciéndose incesantemente.
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