martes, 19 de abril de 2011

Todo un delincuente – Sergio Gaut vel Hartman


—¿Qué está haciendo? —dijo el guardia.
—Robo. Soy ladrón. ¿Es estúpido o qué?
—Tan estúpido no debo ser. Esto es un arma y le estoy apuntando. ¡Arriba las manos!
El ladrón levantó ambos brazos, ya que las manos no se levantan sin ayuda. Y luego sonrió. Junto a su pierna derecha había un bolso, seguramente lleno con el producto de sus fechorías.
—¿Y ahora? —dijo el ladrón, irónico—. ¿Qué va a hacer?
—Abra el bolso —replicó el guardia.
El ladrón obedeció. Y casi de inmediato, se produjo un caótico revuelo.
—¡Estoy harto de ir al trabajo despeinado y sin afeitar!
—Algo de brillo cayó al suelo.
—La cuadrilla estrellas se queja de no tener fusión.
—¿Me explica lo que está ocurriendo aquí? —sollozó el guardia.
—Aunque se lo explique, no creo que un cerebro como el suyo sea capaz de entenderlo. ¿Me permite?
Y sin que el desconcertado guardia pudiera hacer algo efectivo, el ladrón metió las frases robadas en este microcuento y se dio a la fuga.

Sergio Gaut vel Hartman

3 comentarios:

El Titán dijo...

Genial variación, buen descenlace...repito: usted es un maestro de la meta-micro-ficción...

Javier López dijo...

Sergio, te saliste aquí. Me reí a carcajadas con solo leer las dos primeras frases. Luego la cosa se puso seria, y el giro metaficcional me dejó, como siempre, pensativo.

Ogui dijo...

Un estilo, un clásico. Juro que quedé como el guardia cuando el ladri le abrió el bolso... Acá se preguntan por qué me rio tanto, pero temo que las frases del microcuento se metan solas en la bolsa!