La tarde se repite, inconclusa, laberíntica, espiral, renovada, interminable. La tarde y tu rostro. La tarde y tu cielo. La tarde y tus hojas. La tarde y sus ojos. La tarde y tú acá adentro, entre mis manos y mi pecho, la escarlata luz de vuestro sueño, de vuestra inquina, de vuestra esperanza ocupando el presente y mi vacío. La tarde y tú como amantes de un fuego marchito, de una estepa baldía, dueñas de un horizonte que no se alcanza, que no se acaba, que no perece cristalizado en mis pupilas, hombre de provincias, hombre pobre que aspira a la inmortalidad de la tarde, al ideal imposible de tus labios, tú que no habrás de existir nunca, y que no morirás sin embargo, hasta que este corazón lo haga, hasta que estos dedos no bailen, hasta que esta tarde interminable no nos lleve arrastrados por su penúltimo sueño.
La tarde se repite, una vez más, tan sólo es eso.
Tomado de: http://sevendepoesia.blogspot.com/
La tarde se repite, una vez más, tan sólo es eso.
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1 comentario:
muy bueno...hermosas imágenes...
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