jueves, 23 de septiembre de 2010

Morir en paz - Sergio Gaut vel Hartman



Blanca tiene trescientos diecinueve años, aunque eso no es una rareza en una sociedad de inmortales. En efecto, queridos lectores, Utopía ha llegado, o la humanidad ha alcanzado Utopía, es casi lo mismo. Pero les ruego que no saquen conclusiones apresuradas. ¿Por qué lo digo? Iré directo al meollo del asunto: en Utopía morir está prohibido y Blanca, que considera el suicidio como una forma sublime del arte, se ve imposibilitada de ejercer su talento en plenitud. No la dejan. Cada vez que logra matarse, la resucitan y reeducan, como si lo suyo fuera perversión y no un acto creativo.
—No hay placer en la certeza —dice Blanca—. Sólo la incertidumbre y la ambigüedad sostienen lo creíble, lo verosímil.
—Tu público sabe que te matas de verdad —refuta Francis sonriendo. Es el amigo incondicional de Blanca, el que la ha asistido en todos sus infructuosos suicidios.
—También saben que la Ley obliga al Orden a intervenir. Que seré renacida indefectiblemente. Y yo lo sé. Eso le saca todo el encanto al asunto.
—No hay muerte que se les resista. Si pudieras...
—Imaginemos. ¿Cómo sería una muerte total?
—Aquella que no pudieran revertir. Hasta ahora no ha sucedido nunca.
Blanca clava los ojos en Francis. La mirada es tan intensa que el hombre siente un dolor lacerante en la cabeza, pero al mismo tiempo comprende que ella encontró la solución al problema.

Francis sostiene la hoja entre sus dedos y la acerca al fuego. El blanco se oscurece y las palabras se retuercen. Suelta el frágil residuo, lo ve volar y fragmentarse. El Orden no podrá reconstruir a Blanca a partir de un puñado de cenizas, aunque, por las dudas, él las deja posarse sobre un paño, las recoge con una escobilla, las deposita dentro de una copa, vierte un poco de vino Mosela, mezcla y bebe con fruición el contenido.

Acerca del autor:
Sergio Gaut vel Hartman

1 comentario:

Un tipo dijo...

Excelente.
Me encanta la idea :)