miércoles, 7 de julio de 2010

Cierre de notas – Francisco Costantini


Ese día el profesor había entrado al aula portando un estuche de guitarra. Los alumnos, que aguardaban de pie junto a sus bancos, ignoraban que tuviera dotes musicales, así que se hallaban intrigados. Pronto supieron que algo andaba mal porque, después del habitual buenos días profesor, no hubo el cotidiano buenos días chicos, tomen asiento. No. Sino un contundente sientensé e imaginen que lo hacen sobre mi gran po… (Perdón, aquí el narrador se niega a reproducir las palabras de su personaje, pero confiamos –el narrador y yo–, que los lectores podrán reponer las sílabas restantes sin mayores inconvenientes. Ahora, sí, prosigamos con el relato). Inmediatamente después, el docente avisó que iba a dar las calificaciones del trimestre. Entonces, posó el estuche de guitarra sobre el escritorio, lo abrió, sacó una ametralladora y, luego de explicarles que estaban todos reprobados, los acribilló. Menos a Marquitos, sobre quien tenía dudas por algo que no comprendía en su examen. Hizo pasar al frente al alumno, que tuvo que abrirse paso por entre los cadáveres de sus compañeros, le dio una tiza y le pidió que separara en sílabas la palabra héroe. Marquitos, temblando, escribió hé-roe en el pizarrón. El profesor apretó los labios, meneó la cabeza, chistó, y, luego de explicar donde estaba el error, cerró el trimestre de Marquitos con una cuarenta y cinco que sacó de su maletín.

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