martes, 16 de febrero de 2010

Seguro que te irá mucho mejor sin mí - Max Goldenberg


Si no soy yo, si sos vos, entonces ¿por qué me querés como amigo? Entiendo que quieras preservar la relación. Pero si la querés preservar, ¿por qué me pedís más espacio? Si querés más espacio, agrando el living pero me parece que me estás queriendo decir otra cosa.
Me decís que necesitás un lugar para pensar y ser vos pero que no es mi culpa, que soy tan pero tan bueno que no merezco estar con alguien como vos y que lo haces por mi, porque no soportás verme sufrir. Que necesitás alguien que me quiera de verdad. Me estás diciendo que no te perdonarías nunca hacerme daño. Pero ¿cómo me decís eso? Si no me hacés ni un café con leche… es imposible que me hagas daño.
Me siento en la escuela primaria porque me pedís distancia como me lo pedía la maestra. Me agarrás la mano y, encima, me querés convencer de que vos no me podés dar todo lo que yo te doy, que tendríamos que habernos conocido dentro de cinco años, cuando estemos más maduros y que lo que necesitás es ese tiempo para pensar qué querés de tu vida. Que soy maravilloso, sensible, simpático, gracioso, alguien con quien se puede hablar pero necesitás algo más en tu vida. Que de todos los hombres con los que estuviste, nadie es mejor que yo pero que vos ahora estás necesitando otra cosa. No entiendo… ¿querés estar con un garca? ¿Alguien que te pegue un par de cachetazos? ¿Un mudo quizás?
No te escudés detrás del verso de que no estás para un compromiso en esta etapa de tu vida. ¿No me querés olvidar? ¿Querés quedarte con este recuerdo de nosotros y no que se vaya rompiendo de a poquito, con el paso del tiempo? ¿Querés que conozca a otra gente para entenderte? ¿Que me llamó Marta, mi ex compañera de banco, la que ahora es modelo y sale por la tele y que quiere que nos veamos? ¿Pensás que eso es lo que yo quiero? ¿Eso pensás?
Ahora que te escucho bien todo esto que me decís sobre Marta y su llamado, no me lo vas a creer pero me lo acabás de sacar de la boca porque justo te iba a decir lo mismo. Pienso igual que vos. Eso siempre nos dijeron todos, ¿te acordás? Que pensamos igual pero que somos tan distintos. Todos se sorprendían. ¿Te acordás? Por algo debe ser. Cuando el río suena… es porque el agua hace ruido.
Me parece que tenés razón, que lo mejor es dejar lo nuestro acá. No quiero cerrar ninguna puerta, quizás en el futuro podamos volver a encontrarnos, ¿no es así? Yo creo en el destino, si esto es lo que vos querés, debe ser así. Estoy seguro que de acá a menos de un mes me voy a estar volviendo loco pero en este momento creo que lo mejor es que dejemos de vernos como vos me pedís y que yo llame a Marta a ver qué quiere. Aunque ella no tiene nada que ver, ¿eh? Todo tiene un principio y un final. Pero esto no es un final final… es un “hasta pronto”, un “nos vemos en cualquier momento”. Creo que es tiempo de que empiece a pensar un poco más en mi y hacer un cambio de 180 grados en mi vida. Y eso pasa porque sos demasiado buena conmigo. Sé lo que te duele ahora decirme todo esto pero entiendo que te lo voy a agradecer dentro de un tiempo. Pero ahora es cierto lo que decís y que es hora de que nuestros caminos se separen. Que dejemos esto antes de que nos hagamos mal. Vos dejame el teléfono de Marta y yo veo que hago…
Cuando tenés razón, tenés razón.

Con autorización, extraído de http://max.com.ar/