Por la mañana habían cruzado sus miradas en la recepción del hotel, justo en el momento en que ambas parejas se inscribían como clientes.
Ella iba con un tipo de edad avanzada. Era hermosa, una mujer de líneas estilizadas, ojos de ensueño y un precioso cabello largo con reflejos rojizos, a la que la única razón que le serviría para acompañar a aquel hombre casi anciano y nada agraciado, era la importante fortuna que seguramente poseía.
Él iba con su esposa. Una mujer con la que hacía muchos años sólo sentía en común el desencuentro. Pero tenían hijos, una hipoteca que pagar y una vida que los ponía en un mismo escenario del que se habían cansado hacía tiempo de ser actores. Sólo la fuerza de la costumbre y la necesidad los mantenía unidos.
Él pensó en ella todo el día, en sus ojos del color del mar en esos días nublados de verano en los que la fuerza del sol traspasa las nubes y da al agua un cálido color verdoso. En sus senos elevados, desafiantes, macizos bajo el ajustado suéter que los marcaba en todo su esplendor, en sus piernas inacabables, su cintura estrecha, sus caderas rotundas.
Ella recordaba de él su sonrisa franca, su mirada de hombre necesitado de muchas más emociones de las que le proporcionaba su vida seguramente metódica y poco dada a la aventura.
Por la noche ambos se buscaron. Quisieron sentirse vivos de nuevo, cabalgar en la oscuridad, estallar en gemidos de placer y palabras de deseo.
Llegaron a la cima al mismo tiempo, fue un éxtasis como ya no recordaban. Y finalmente un "te quiero" susurrado tan suave que cada uno apenas pudo escuchar el del otro.
A ambos lados del fino tabique que separaba sus habitaciones de hotel se escucharon los clics al apagar las lamparitas de noche. Se desearon felices sueños.
5 comentarios:
Muy bueno, Javi. Y un final adecuado.
Un poco cobardes los protagonistas, pero hay mucho de eso entre nosotros.
Como dice la canción de Silvio Rodriguez "Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí".
Vos hiciste una historia con ellos. Es un gran mérito.
Muchas gracias Miguel.
Me dejo llevar por tu criterio, porque eres un especialista en cuentos amatorios.
Un abrazo.
Fué un placer leerte, Javi. Me gustan mucho estas historias que juegan con las situaciones y los tiempos. Le aportan un punto de vista muy original a un tema que de lo contrario seria "común".
Muy bueno, che, muy bueno!
Gracias de nuevo a los dos.
El placer es mío.
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