domingo, 16 de agosto de 2009

Reunión de negocios - Carlos Feinstein


—Pasen por acá por favor, Mi nombre es Dr. Epstein, soy el representante legal y técnico de las empresas Transworld Transtime Internacional, más conocidas como corporación TTI.
El señor Garrido y su abogado Hernández se acomodaron pesadamente en los mullidos asientos de cuero. Ambos eran hombres corpulentos, canosos, con exceso de peso y llevaban trajes que los hacían ver apretados.
—¿En que puedo servirlos? Aunque creo que lo sospecho –dijo Epstein con tono calmado que cortaba como un cuchillo la tensión que llenaba la sala.
–No se lo imagina, no puede comprender el daño que ustedes están haciendo, además es ilegal. No pueden trasmitir los partidos de fútbol, no tienen los derechos, hemos invertido una fortuna y son nuestros. Iremos a juicio tanto civil como penal. Ustedes van a pagar por lo que han hecho.
—Señor Garrido, los derechos de los partidos que usted posee son para televisar los juegos en directo, en tiempo real. Nosotros los trasmitimos por adelantado. Exactamente 3 horas antes de que los hechos sucedan. Tal como le explicará su abogado no violamos su contrato de exclusividad. No hay simultaneidad entre ambos eventos.
—Espere, interrumpió Hernández, ustedes toman y emiten una señal que tiene derechos de autor y que no les fue licenciada. Ahí tienen un problema, haremos que los dueños de los derechos originales los demanden.
—Abogado, calma por favor. Nosotros tomamos la señal del propio destino final, concretamente del único camino en el que evoluciona el universo. Este es de dominio público, no tiene dueño y tenemos la patente por el procedimiento de determinación variacional masivo cuántico para lograrlo. Ninguna de nuestras cámaras está a menos de 300 kilómetros de los estadios y estos instrumentos ni siquiera apuntan a ninguno de esos lugares. Pero si quieren jugar rudo lo haremos, si los directivos del fútbol nos demandan, publicaremos todos los resultados de todos los juegos de todas las divisiones que van a producirse en los próximos 20 años. Imagine conocer quien es el ganador de cada campeonato. Ya ninguna competencia tendría sentido y se quedarían sin audiencia. Como una prueba de nuestra capacidad y poder enviamos hoy temprano un sobre confidencial al director de la Asociación de Nacional de Fútbol con todos los resultados de la próxima semana para todos los partidos de los equipos profesionales del planeta ¿No les resultó raro que no viniera a esta reunión? El hombre tiene en este momento mucho para meditar y más para perder.
—Pero por qué no juegan a la lotería, a juegos de azar permitidos, hagan otra cosa, compren acciones en la bolsa ¿Por qué nos joden a nosotros?
—Señor Garrido, las TTI son empresas que llevan la ética profesional a su máximo nivel, con lo recaudado de los juegos de azar, muchos gobiernos, no sólo el nuestro, realizan obras de beneficencia, construyen hospitales y se invierten recursos en educación. No tocaríamos jamás ese dinero. Con respecto a las inversiones bursátiles, es ilegal comprar acciones en la bolsa contando con información privilegiada, su abogado puede confirmarle el funcionamiento de la legislación vigente. Le voy a pedir que se tranquilice y respire profundo, porque tengo algo muy importante que decirle. No sólo vemos los partidos de fútbol por adelantado, ya conocemos el resultado de esta reunión y de los procedimientos judiciales que proseguirán. Una y otra vez, nosotros ganamos.

3 comentarios:

María del Pilar dijo...

Muy bueno, Carlos.

Carlos Feinstein dijo...

Gracias María !!!

Ogui dijo...

O sea, está todo dicho! Qué buen planteo! Además, el fóbal es el fóbal...