miércoles, 26 de agosto de 2009

El arrepentido - Javier López


No, yo no me arrepiento de todo lo que pasó, porque hice lo que tenía que hacer.
No le voy a decir que las palizas que me dieron durante el interrogatorio no me dolieran. Claro que sí, y mucho. ¡Pero yo soy fuerte, oiga! Que para eso me crié en un barrio donde si no eras más fuerte y más rápido que los demás, estabas muerto desde antes de nacer.
Tampoco me iba a hundir porque delante del juez tuviera que escuchar esas cosas de mí, que yo era un asesino porque maté al tendero de varias puñaladas y disparé al otro hombre. ¿Y qué querían que hiciera? Le pedí el dinero de la caja y el muy cabrón lo único que intentó es sacar un palo de debajo del mostrador para atizarme. Entonces yo no podía perder el tiempo en solucionar aquello y dejar que viniera la policía. Tuve que hacer algo, ¿qué cree?
Y claro que disparé a bocajarro al otro tipo que vino a ayudar al tendero. No me iba a poner a pedirle explicaciones. Yo necesitaba el dinero, tengo hijos y una mujer que esperan que lleve algo a casa para comer y para todo lo demás. ¿O es que usté no haría lo mismo?
¿Que entonces de qué me arrepiento? De lo único que me arrepiento es de que estuviera allí esa puta cámara de seguridad. Por culpa de eso he tenido que estar viéndome, una y mil veces durante los interrogatorios y durante el juicio, matando a aquellas dos personas. De eso me arrepiento. Porque ¿sabe usté?, no es lo mismo hacerlo que verse a uno mismo haciéndolo. Eso sí que me perseguirá cada día durante el resto de mi vida, durante el resto de mi condena.
¿Se da cuenta usté ahora de qué me arrepiento?

3 comentarios:

Florieclipse dijo...

Buenísimo, Javier. Me gustó mucho.

Javier López dijo...

Muchas gracias Carmen. Me dio casi miedo escribirlo, detesto la violencia y precisamente donde vivo los asaltos a comercios se están convirtiendo en un problema diario.
Sólo traté de imaginar qué puede pasar por la mente de una persona que hace eso, hasta qué punto la desesperación es capaz de convertirnos en algo que no es humano, aunque con justificaciones tan humanas como "tengo una familia que alimentar".
Sin embargo no lo justifico. Creo que hay gente que se muere de hambre y trata honestamente de sobrevivir y sacar a los suyos adelante.

Florieclipse dijo...

Lamentablemente llega un momento en que la violencia se convierte en un detonante de procesos creativos. Yo también vivo en una ciudad extremadamente violenta, donde no sólo los asaltos, sino los asesinatos, decapitaciones y cosas espantosas se han vuelto parte de la vida cotidiana de sus habitantes.
Lo narraste muy bien, Javi. Felicidades.