lunes, 24 de agosto de 2009

Diálogo sobre un Diálogo - Jorge Luis Borges


A- Distraídos en razonar la inmortalidad, habíamos dejado que anocheciera sin encender la lámpara. No nos veíamos las caras. Con una indiferencia y una dulzura más convincentes que el fervor, la voz de Macedonio Fernández repetía que el alma es inmortal. Me aseguraba que la muerte del cuerpo es del todo insignificante y que morirse tiene que ser el hecho más nulo que puede sucederle a un hombre. Yo jugaba con la navaja de Macedonio; la abría y la cerraba. Un acordeón vecino despachaba infinitamente la Cumparsita, esa pamplina consternada que les gusta a muchas personas, porque les mintieron que es vieja... Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo./ Z- (burlón)- Pero sospecho que al final no se resolvieron./ A- (ya en plena mística)- Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos.

2 comentarios:

Florieclipse dijo...

Como me encanta Borges, pensé en dejar un comentario. Luego lo pensé mejor, porque no tiene caso dejar un comentario para un escritor muerto.
Y tratándose de Borges, estoy segura de que aunque viviera, nunca leería el comentario.

Anónimo dijo...

hay amiga florieclipse como se nota que no leiste el cuento de borges princeza... aunque se encuentra fallecido opino que el que los demas digan que es buena su obra ara que nuestros discipulos se interesen por el y sigan haciendo de la cultura algo mas grande ... aparte ... no se sabe pero si borges escribio esto ... no solo fue porque si... algo sentia en ese momento... a lo mejor el ahora mismo sabe que fue lo que paso... a lo mejor el ahora comprobo que en efecto la muerte del cuerpo es solo un paso mas y que el alma es inmortal o lo contrario