Aquella noche discutí con mi esposa y nos acostamos enojados, en orillas opuestas de la cama. En un juego siniestro del inconsciente, el sueño de esa noche fue sobre lo mismo: discutimos durante horas y nos desahogamos de todas las mentiras y falsedades de nuestra vida matrimonial; después de una acalorada discusión me agredió y me pasó por la cara sus afiladas uñas; yo intentaba calmarla y le rogaba que habláramos, pero ella seguía golpeándome y dejando el doloroso rastro de sus uñas por todo mi cuerpo. En un momento dado no soporté más y fui a la habitación por el revólver mientras me perseguía porque intuía el desenlace. Con un sólo tiro la maté. Los vecinos, alarmados, llamaron a la policía y me capturaron en la escena del crimen con el revólver en la mano y con la confesión en los labios. En poco tiempo se instruyó el sumario y el fiscal pidió la pena máxima por lo que consideró un homicidio doloso. El juez finalmente me condenó a 40 años de prisión.
Lo que más me preocupa es que he purgado 13 años de la condena y no he podido despertar. Me pregunto si será necesario que cumpla la pena completa para poder salir de este sueño absurdo. Lo que sí me agobia profundamente son las aburridas noches de reclusión que me producen azarosas pesadillas; hay una en especial que me acosa sin tregua y me ha hecho perder el sosiego: sueño que despierto y la encuentro al otro lado de la cama.
Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo
Lo que más me preocupa es que he purgado 13 años de la condena y no he podido despertar. Me pregunto si será necesario que cumpla la pena completa para poder salir de este sueño absurdo. Lo que sí me agobia profundamente son las aburridas noches de reclusión que me producen azarosas pesadillas; hay una en especial que me acosa sin tregua y me ha hecho perder el sosiego: sueño que despierto y la encuentro al otro lado de la cama.
Sobre el autor: Alejandro Ramírez Giraldo
4 comentarios:
Un juego muy bien elaborado de sueños y vigilia. Me encantó. Enhorabuena al autor. Saludos cordiales.
Cuando parece que los sueños no dan para más, siempre aparece una narración tan bien lograda como esta. Saludos.
Siempre logras sorprenderme, Alejandro. Disfruté mucho leer este cuento.
Excelente, felicitaciones
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