No sé cómo serán tus sueños, pero en los míos los temas son bastante básicos.
Vos sabés, de repente George y Barbara Bush aparecen. Después te estás cayendo por un acantilado. Ese tipo de cosas.
Y mi rol es siempre una especie de extra naif que entra y sale de las subtramas.
Una noche, durante un sueño, miré hacia abajo y me vi a mí misma bien en el fondo en un escritorio, escribiendo el sueño y desarrollando esos argumentos complicados para que esta soñadora medio estúpida los interprete a tropezones.
Y esta era como la relación entre un director y un actor, pero también era parecido a lo que le pasa a todo el mundo en el mundo de la vigilia cuando se inventan una personalidad creíble y más o menos consistente y después se las ingenian para vivirla.
Y es sólo cuando hacés algo realmente fuera del personaje - saltar impulsivamente en una fuente mientras vas a trabajar o que te agarre un ataque repentino de ladridos mientras estás esperando el colectivo - cuando te comenzás a preguntar:
¿Al fin y al cabo, quién escribió esto?
¿Quién escribió estas reglas?Te voy a decir quién escribió estas reglas.
Mrs. Tjell.
¿Quién es Mrs. Tjell?
Ella era nuestra maestra de segundo grado. Y ella nos contaba esas historias sin fin, en las que cada oración planteaba una escena completamente diferente de la anterior. Eran más o menos así:
Una hermosa mañana el conejo gris se despertó. Mr. Edwards estaba por irse a la granja. Pero las gallinas y los conejos iban a salir de viaje. Y entonces la pequeña Barbara gritó: ¡Oh, no!
Me recuerdo mirando a los otros chicos para ver si estaban siguiendo el hilo de esto y la cosa extraña es que, aparentemente, lo hacían.
Ilustración de Laurie Anderson, traducción de Saurio.
1 comentario:
Este puede ser el punto de partida de un experimento. Contemos nuestros sueños a Laurie Anderson y empecemos a degustar lo que ella escribirá...
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