lunes, 8 de junio de 2009

Diálogo de tigres - Lilian Elphick


Al que camina las madrugadas en busca de su sombra.

En el bosque de los desprotegidos, dos tigres se encuentran y, como si el agua les bebiera las palabras, se miran. En los ojos de uno se reflejan los del otro. Cuatro soles en la oscuridad, y una distancia enorme que los separa. Ellos lo saben. Conocen los espejismos, los inextricables paisajes de la nada en donde pueden saltar en la agilidad del viento.
Pequeños gruñidos quiebran el silencio. El acto de reconocerse entra por sus narices y sale por las alas del pájaro sin nombre.
El acercamiento es cauteloso: hay demasiadas historias en cada una de sus rayas y un territorio que defender.
Pero se encuentran, y los dos están tan cerca que sus orejas se crispan con los latidos y el ensanche de las venas que permite que la sangre corra ferozmente, sin detenerse ni un segundo, abriéndose a la respiración y al acecho.
Tengo hambre —dice uno.
Yo también —responde el otro.
Se matan en un combate limpio y digno del más solitario de los recuerdos.

Tomado de: http://lilielphick.blogspot.com/