martes, 22 de enero de 2013

En un paraje peligroso – Sergio Gaut vel Hartman & María Ester Correa Dutari


—¡Arriba las manos! Esto es un asalto. —El delincuente mueve el arma con aire de suficiencia, pero Dagoberto Ludens sonríe; no se siente impresionado en absoluto.
—¿Un asalto perpetrado con una pistola de juguete?
El atracador mira el objeto cuestionado y su mandíbula cae; es, en efecto una pistola de juguete. Dagoberto aprovecha la vacilación y le muerde el brazo. El maleante se interna en el bosque, Dagoberto lo persigue; le preocupa que lleva un Rolex de oro en la muñeca. El coche queda a la vera del camino con las llaves puestas.
El malandra reaparece.
—¡Hey, vos elegís! ¿El auto o el reloj?
—¡El auto! —grita desesperado Dagoberto. Se saca el reloj, lo arroja al suelo y corre de regreso a la ruta—. ¡Al menos salvé el pellejo; que se meta el reloj en el culo! —Murmura. Está por llegar; la maleza no le deja ver, escucha gritos. El cómplice del primer chorro le corta la carrera; se ve un fogonazo, Dagoberto cae fulminado; este revólver no es de juguete. Los maleantes caminan riendo hacia el vehículo. Tienen todo el botín.

No hay comentarios.: