domingo, 27 de diciembre de 2009

Ayer en el andén – Alicia Diez


Una madre-niña, de no más de trece años con un nene de dos, o poco más, que ya tenía cara de viejo. Ella lo insultaba y empujaba mientras en su mirada destellaba la rabia de una existencia precaria. El pequeño caminaba solo junto al abismo del andén, y en su cara vibraba el deseo de escapar. ¿Es posible comprender lo que eso significa? Tal vez el miedo a irse o el miedo a quedarse lo llevó a gritar: —¡Andate! —Y se quedó sentado contra la pared sin poder dar respuesta a lo que le estaba sucediendo; era la imagen del desconcierto.
A pocos metros asistía a la escena un padre con su nena de vestido prolijo, anteojitos; la llevaba cargada sobre los hombros... Al cabo de un momento, el pequeño no pudo resistirlo. Se levantó de su rincón y se acercó a observar esa escena como si fuera una pintura, una escena de otro mundo, inaccesible, fantástica... como una película de ciencia ficción... y allí, solo... se quedo mirando.

1 comentario:

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