miércoles, 31 de julio de 2013

Control de la luz – Héctor Ranea


De todos los trabajos asombrosos que consiguió José Ramón del Corazón en la Cruz Lombroso, el que más le aportó personalmente a su desarrollo fue el de probador de bombitas de iluminación inalámbricas. Lombroso fue tomado por el Gerente Subsidiario de la Empresa Nacional de Control de la Luz en el Reino de Gaetania precisamente por su apellido, derivado de las sombras, ya que una profecía había dictado que las sombras controlarían la luz. 
Tal como había hecho en la localidad de Gervasio Real Audiencia, Lombroso comenzó por exigir guantes para su tarea, cosa que no existía antes de él. Por lo que se denominaron guantes Lombroso o lombrosianos en honor al exigidor. Pero tenían dedos de gusano, porque él tenía los dedos finos. De todas formas, así los desarrollaron y luego se fueron modificando.
Tomaba las lámparas y las llevaba al centro de la habitación donde funcionaba un inductor menos espectacular que los de Tesla, aunque más espectacular que los del encendido de los viejos tubos fluorescentes que explotaban a menudo dejando un olor a leche de iguana quemada mezclado con pelo de zarigüeya preñada por el chotacabras. Por fortuna éstos no explotaban, por suerte para los probadores.
La tarea consistía en colocar las bombillas y verificar en qué orientación del culote con el diagrama cartesiano del pavimento, si éste se encendía, dejar constancia de ello en una tabla de base de datos.
Esto servía a la compañía de control para distribuir las lamparitas a diferentes localidades indicando el ángulo, así el usuario no perdía tiempo haciéndolo. De todas maneras, los usuarios eran los famosos extraterrestres estilo platelmintos que habían llegado guiados por las ondas hertzianas de la televisión para aprender a bailar y a tomar la teta, pero se habían encontrado con que la mayoría de las tetas (que ellos querían) eran de plástico y aplicaron políticas correctivas en el uso de la electricidad. No sirvió para las tetas.
Lombroso consiguió esa ocupación, como dije, por su apellido ilustre, si se permite la paradoja. Y como su sombra no era demasiado electromagnética sino más bien de origen cuántico, no interfirió demasiado, lo que desilusionó un poco al platelminto Jefe de Sección y al Gerente mencionado supra.
No era la intención de Lombroso quedarse en tal postura, pero la pasó bien ya que conoció varias de las señoritas atractivas de la televisión pues estaban contratadas en la misma empresa para hacer tareas de mantenimiento en las computadoras cuánticas y en los cerebros electrónicos de los platelmintos para adecuarlos a la realidad terráquea.
Nunca supo de dónde vinieron los extraterrestres. Y aunque esa podría ser una nueva ocupación para nuestro héroe, es motivo de otra historia, si usted permite.´

Sobre el autor: Héctor Ranea

2 comentarios:

El Titán dijo...

Las chicas de la tele son oscuras...

Ogui dijo...

Sí. Por eso la oscuridad controla la luz.