lunes, 13 de agosto de 2012

Los clones del señor Morsa. Instrucciones – Héctor Ranea


El señor Morsa y su clon zombie, Morza, cenaban buñuelos de seso de focas importadas, hablando de pan ácimo y de racimos de uvas. En eso estaban cuando a uno de los dos (la historia no registra quién) se le ocurrió leer Racine, de tal modo que a cualquiera sonaría como ácido de batería dentro de los oídos de un copiloto de aventuras de Saint Zeppelin, el mito y fetiche de los fumadores de opio en forma de puros. Zeppelin más, zeppelin menos, alguno de los dos (supuestamente el otro) replicó que Racine era menos interesante que Donne, aunque los riñones de este poeta fueran menos digeribles que los sesos de foca. Pero como poeta, ni hablar. A efectos de ser usado como manual de instrucción de clones, se emite este boletín en forma de narración didáctica.

Héctor Ranea

No hay comentarios.: