viernes, 11 de mayo de 2012

Demuestre que no es una máquina - Ada Inés Lerner


Quiere saber si soy humana. Embriagada por la ira y el temor de haber sido abducida, reducida, apresada por… ¿cómo les explicaría a mis amigas que las había dejado plantadas en la confitería de Punta justo a la hora del “te for two”? Además no me habían permitido traer ni una muda o un pañuelito para estornudar. El fulano (con un lindo traje dorado) con fuerte acento extranjero pero impecable castellano no para de preguntarme sobre mi infancia ¿será freudiano?.
—Convénzame de que no es una máquina.
Yo contesto a medida que puedo y cuando no lo hago me mira fuerte y hace una pausa.
—¿Quizá sea un clon? —dice—. ¿Tal vez un androide?
No me mira, espía mis reacciones. No puedo evitar sonreír, aún en los peores momentos renace mi humor negro. Se me ocurren muchas respuestas ¿tendrá sentido del humor? De vez en cuando pasan otros con trajes parecidos pero no puedo ver sus rostros. ¿Cómo lo convenzo que soy humana? ¿Hablar, sonreír, desnudarme? ¿Qué me conviene? No sé qué es él. ¿Qué será conveniente responder? El que habla conmigo no está del todo mal, pero tengo hambre y nadie aparece para servir ni un vaso con agua.
—Tengo hambre y sed —digo malhumorada.
—Es humana —le dice a una pantalla LCD y se va.

Ada Inés Lerner

No hay comentarios.: