viernes, 9 de diciembre de 2011

Tus ojos eran puertos... - Fernando Andrés Puga


En el bote me invade el desconcierto. Los remos en el agua se esfuerzan por alcanzar alguna orilla. La única a la vista está detrás y no voy a volver. Se va desdibujando hasta confundirse en la neblina que cubre el horizonte.
Remo y el ritmo de las olas tararea entre mis labios viejas melodías.
Canto.
Un verso se repite en mi memoria; el verso de aquel tango que lloraba en mi voz cuando te amaba. Tus ojos eran puertos… y me lleva la corriente hacia otras aguas. Mi sola voz en el azul de cielo y mar; en el azul de lágrimas sedientas de muelles donde anclar.
No toco fondo con el remo. Tampoco con la angustia de este destierro que no llega a destino.
Remo con más fuerza, pero flaquean mis músculos antes que mi deseo de alcanzar tierra firme.
Naufragar es oscuro. Naufragar es ver cómo se apaga el faro a la distancia. Naufragar es mirarte a los ojos y no ver más que el blanco abismo de la muerte.
¡Qué ideas sucias llenan mi cabeza!; algo fútiles de tan irremediables. ¿Por qué no darle un respiro a esta huida que no premedité y levantar los remos?
Me dejaré llevar.
Que la deriva disponga de este bote vacío.

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