viernes, 11 de noviembre de 2011

El knack logrado: máquinas del tiempo para Menem y Piñera - Héctor Ranea


Es tan sencillo que no sé por qué hasta ahora nunca nadie lo dijo. Eso de apañar las conspiraciones es malsano. Por ejemplo, tuvimos un presidente que leyó novelas de un escritor, Borges, que nunca escribió novelas, al menos no antes de morir. La mayoría lo tildó de ignorante, como cuando dijo que había leído los libros de Sócrates, el mismo que no dejó nada por escrito. La verdad está en otro lado, señoras y señores. Hace poco un país vecino votó como presidente a alguien que dijo recientemente que Abel mató a Caín en el Paraíso. La Biblia dice otra cosa, es cierto. Pero ¿y si él, como el anterior caso, tuviera un asesoramiento a través de una máquina del tiempo, no de las falibles bibliotecas? Tal vez el operador de la máquina del tiempo, que de eso se trataría, vio a Abel matar a Caín porque, se sabe, nadie se culpa a sí mismo y menos si va a ser el primer asesino, ¿cierto? Entonces, el escriba que declaró haber visto que Caín mató a Abel, tal vez fue un mentiroso compulsivo o un testigo falso, o simplemente, un testigo tonto. Y si no fue el escriba quien verdaderamente viera el asesinato: ¿usted lo consideraría testigo válido en un juicio por jurado? En cambio, la máquina del tiempo es infalible. Uno paga al piloto, espera el resultado y no se equivoca. Así, Borges pudo haber recibido órdenes superiores de escribir no una sino varias novelas, a cambio de lo cual recibiría nuevos ojos o bien un castigo menor en el Infierno o al menos estar siendo visitado por Dante y otros poetas que viajan a menudo a dicho Averno. Lo mismo con el griego. Es una conjetura, por cierto, pero ¿quién nos dice si no fue salvado de la cicuta gracias al piloto de la máquina del tiempo si escribía varios libros para después dedicarse a poner flores en sandalias abiertas para poder pescar en algunas playas del Egeo?
Eso y la historia son casi lo mismo. Cabe, sin embargo, la pregunta: ¿cómo fue que estos presidentes, en sus respectivos flatii voci dejan al descubierto el magistral y maravilloso asunto pudiendo ser tomados por orates, ignorantes? Creo que la respuesta estaría en que estarían dando una señal a otros presidentes para decirles que ellos también tienen el secreto. Es un knack, sobre todo, lograrlo.

3 comentarios:

Sergio Gaut vel Hartman dijo...

Sencillamente magistral, querido fesor. Eso es sacarle jugo a las piedras. Siempre quise aprovechar las citas erraditas de nuestro segundo gran riojano, pero nunca pude y ahora usted da una lección de cómo hacerlo. ¿No me convidaría otro vaso?

El Titán dijo...

excelente don Ogui pero piense esto: en un universo paralelo Carlos escribió las novelas de Sócrates, este los diálogos de Borges y este los discursos y decretos del Turco...

Ogui dijo...

¡Gracias! Sacarle jugo a las piedras es un pasatiempo para cuando uno anda seco de ideas o tiene las ideas secas. Por lo demás, estos personajes merecen más páginas de humor y las han tenido. También fueron protagonistas de Política ficción, así que bien valía un toque de Ciencia Ficción.