lunes, 4 de julio de 2011

Nada ... - Xavier Blanco



Hay días que te despiertas gris, lánguido, deslúcido, como las tardes de los domingos. Otros, amaneces denso, trabado, como esa niebla baja que cubre los campos del invierno. Algunos días clareas melancólico, taciturno, nostálgico, como el sonido de un violín que resuena morriña en las madrugadas del otoño, mientras el viento desnuda los árboles del parque.

Hay días que te levantas gris, tupido, taciturno y además desconsolado. Esos días escribes estas cosas, sólo palabras:


“…Estoy desolado, desértico, perdido, disipado… No tengo nada que contar, nada que relatar, nada que escribir. Mi mente no responde, no siento nada, sólo el vacío. Presiento un lugar oscuro, recóndito, profundo, insondable. Intento recordar palabras, resonar dicciones: ternura, princesa, universo, cielo, rabia, tristeza, abatimiento…nada ¿qué representan? ¿quién me explica si significo algo, o si soy parte del significado? Ahí, dudando de mis dudas. Es el fin, el ocaso, el crepúsculo, la cesación. Deseas calma, tregua, quizás descanso. Nada.

Observo el entorno, miro mi alrededor, mi contorno: sólo diviso objetos, formas, caracteres. Distingo pero no percibo nada. ¿Abrigar ilusiones, sueños, quimeras, fantasías, utopías, imaginaciones? Nada. Sólo entelequias, ficciones, invenciones, angustias, cuentos. Tal vez mentiras. Me pesan los ojos, el fluir de la ira. Escucho voces, palabras sin significado. Desolación, miedo, vacío, pánico. Se han escapado las palabras, han huido los fonemas. Lo siento, hoy no he sido capaz de escribir nada. Nada, nada, nada, nada, nada…, apenas doce frases: he contado diez veces nada…”

Las palabras son así: tóxicas, veneno. Algunas veces bálsamo, medicina. Brisas de palabras, vientos, ráfagas, vendavales. Llueven las palabras, diluvian los vocablos, y cuando la mente clarea, un arcoíris de expresiones lo inunda todo: el gris se vuelve verde, azul, quizás rojo; la espesura torna nitidez, transparencia, y la melancolía resuena consuelo, fervor. En ese momento vuelves a transitar por el camino del optimismo y piensas que puede ser, que todo es posible, que vale la pena.

© Xavier Blanco 2011.

Tomado del blog Caleidoscopio

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me recordó un poema africano que dice "la palabra es todo, corta despelleja, modela, modula, perturba, enloquece, cura o mata de golpe, amplifica, rebaja su carga, excita, calma las almas".
Saludos!

XAVIER BLANCO dijo...

Mar, gracias por el poema, es un deleite para los sentidos. Las palabras son así, veneno y medicina.
Un abrazo,

Xavier

Ada Inés Lerner dijo...

tenés todo si tenès tus palabras, Xavier, afortunado.

XAVIER BLANCO dijo...

Tienes razón Ada, las palabras, todo y nada, blanco y negro, siempre y jamás. Sólo eso, palabras. Un abrazo.