viernes, 20 de agosto de 2010

Un viaje en paracaídas - Mónica Sánchez Escuer


Creí que te había hallado en un poema de Huidobro. “Un faro en la neblina buscando a quien salvar”. Tus universos imaginarios parecían continuar los míos, como si una extensa línea de deseos los uniera. Pensé, ingenua, que escribías oyéndome, descifrando la laberíntica ruta de mis sentidos. Creí que adivinabas el pulso de todas mis palabras, que no tenía ya caso escribir si tú, a mil años luz, te adelantabas a esa voz que me venía como un eco rezagado y que mi torpe pluma no hallaba cómo duplicar. Pero no. Ahora que has abierto el enorme paracaídas que abultaba tu pecho, y veo hilos de pestañas y pieles de mujer, sé que no. No estamos cosidos a la misma estrella, tu música es otra y tus letras, tan cielo, tan nubes, se han ido acercando a la tierra como globos que caen. No, ya no estoy dentro de la bella jaula de tu mirada. Lo único que nos une, y a cierta distancia, es la caída.


Tomado de Historias Baldías

4 comentarios:

María Taltavull dijo...

Sin duda, un poema en forma de cuento. Con sinuosidades peligrosas e insolentes. Un texto que deja ecos... Me pareció una maravilla el final

Un tipo dijo...

Un amor de texto.

Carlos López Beltrán dijo...

speechless

Ogui dijo...

... lo único que nos une es la caída... ¡Maravilloso! ¡Chapó!