jueves, 1 de julio de 2010

Machismo bíblico III - Daniel Frini


Entre los escritos personales que dejó Lord Charles Kingsley —el famoso arqueólogo y lingüista británico (Southend-on-Sea, Inglaterra, 1819 – Bengaluru, India, 1902)— a su muerte y que, pretendidamente, iban a integrar un volumen titulado «Trips. From Karkemiš to Susa», se encuentra la traducción de un texto subyacente en un palimpsesto, del que no se tiene otra noticia que la que da Kingsley. Hoy, la mayoría de los eruditos coinciden en señalar que esta historia es apócrifa; y algunos dicen que es, lisa y llanamente, una invención del arqueólogo.
El escrito refiere al mito babilónico de la creación y lo hermana con el Bereshit hebreo. Relata la historia del hombre Tukulti-Ninurta y la mujer Samhat, y su vida en el E-engur-a, que Kingsley asocia con Adán, Eva y el Paraíso.
De la misma manera que en el Génesis, el manuscrito interpreta la creación de la mujer Samhat, por parte del dios Enki, a partir de una costilla de Tukulti-Ninurta. Dice que la vida en el E-engur-a era apacible y exenta de problemas, pero que Ningizzida, la serpiente, encontró el punto débil de la mujer, sus celos, y decidió azuzarlos. Le contó a Samhat que Tukulti-Ninurta le había solicitado a Enki otras mujeres, y que el dios accedió, incluso al pedido del hombre para que la mujer no se enterase.
En términos modernos, diríamos que todo se pudrió y la humanidad perdió el Paraíso la noche que, embriagada por sus celos, Samhat decidió contar las costillas de Tukulti-Ninurta, mientras el hombre dormía, y encontró que a éste sólo le quedaban dos.

2 comentarios:

Javier López dijo...

Resulta curioso, cuanto menos, encontrar tanta erudición en un microcuento.
Tiraré de Wikipedia para comprobar si los nombres y hechos narrados son ciertos o invención del autor.
En cualquiera de los dos casos, tiene el gran mérito de resultar convincente.
Buenísimo, Daniel.

Daniel Frini dijo...

Gracias Javi.