domingo, 3 de enero de 2010

De capa y espada - Javier López



El hombre llevaba cuatro horas detenido cuando me dejaron hablar con él.
—¡Sáqueme de aquí, inmediatamente! —me gritó con voz amenazadora e inquietante, la de una persona fuera de sus cabales.
—Antes que nada, le recuerdo que soy su abogado, su única ayuda en este momento. Y que las cosas requieren su tiempo. Primero cuénteme qué ocurrió —contesté, intentando tranquilizarlo—. Dígame cómo transcurrieron los hechos, desde el principio.
—Yo no he hecho nada malo. Al contrario, deberían haberme felicitado por mi acto valiente y abnegado.
—Pero dice el comisario que usted le propinó una tremenda paliza a la persona que lo ha denunciado.
—Sólo actué en justicia. Había un hombre en situación desesperada, gritando y pidiendo auxilio. Y el otro, al que aticé, blandía una espada y estaba a punto de atravesarlo con ella. Yo sólo intenté ayudar. Y hay muchos testigos que pudieron verlo.
—Sí, señor. Hasta ahí estamos de acuerdo. Pero se le denuncia por irrumpir en el escenario de una obra de teatro y dar una paliza al antagonista. Así que intentemos buscar una historia más convincente antes de que pasen quince minutos y lo lleven delante del juez. Empecemos de nuevo. Cuénteme qué ocurrió exactamente...

No hay comentarios.: