domingo, 13 de septiembre de 2009

La verdad de la milanesa en torno a Gomorra y Sodoma - Sergio Gaut vel Hartman


Nunca se contó la verdad y se prefirió el facilismo mediocre de atribuir a los sodomitas y a los gomorreicos las única características que sus críticos fueron capaces de entender. Pero lo que en realidad ocurrió en esas ciudades fue que sus habitantes aprendieron a utilizar el tragacanto de Persia, al agar agar de Madagascar y el podzol ruso (por entonces sármata) y que con esos elementos mezclados adecuadamente, inventaron una sustancia aglutinada y homogénea, materia prima con la que construyeron unos excelsos androides sexuales, un producto que aún hoy no ha podido ser igualado. La consecuencia de la perfección alcanzada por sodomitas y gomorreicos y su cadena de sex shoppings fue que provocó la ira del mayor industrial de la época, Elohim Yahveh, quien pidió ayuda a los dem’onhiosh de Rígel para que procedieran a realizar una limpieza étnica con bombas de neutronio. Los sodomitas y gomorreicos fueron barridos y nació la leyenda negra que aún hoy subsiste. Un consejo de amigo: no crean todo lo que se dice.

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