miércoles, 3 de junio de 2009

El prisionero del sueño - Guillermo Fernando Rossini


No supo como llegó a quedar atrapado en el sueño recurrente de la mujer, pero ahí estaba, esperando, con el coche en marcha, a que se abriera la puerta del caserón y ella viniera corriendo, con un bolso en cada mano y la cara marcada, y se subiera como una tromba y le implorara que arrancase lo más rápido posible, que si el marido los veía los mataba a los dos. Y él hundía el pie en el acelerador, sin saber adónde ir, ni quien era esa mujer, Ella hablaba y lloraba, mientras doblaban en una esquina y un cartel decía: "Amanecer 20 Km." y la esquina se convertía en ruta y la ruta en noche y la noche en cama y ella que despierta y el marido está con el cinturón - otra vez- en la mano mirándola con una furia alcohólica que inexorablemente mutará en placer para él y dolor, demasiado dolor, para ella, que va a volver a soñar esa noche que un desconocido la viene a rescatar de esa vida de mierda pero nunca la rescata del todo y ya implora que ese coche en el que huye, que va tan rápido, choque de una puta vez y se termine todo y ahora sí el hombre parece comprender mientras suelta el volante y se tapa la cara y ella también se tapa la cara porque el cinturón vuelve a caer una y otra vez y no tiene fuerzas para decir basta y el choque es inevitable y el tipo piensa ahora sí me salgo de este sueño de mierda y cierra los ojos y cuando los vuelve a abrir está en una sala de hospital, lleno de tubos y enfermeras que lo miran y lo tocan y le dicen que tuvo suerte porque la mujer que iba con él en el auto se había matado y él piensa que ahora ella no va a poder soñar y por fin va a poder volver a vivir normalmente, sin estar preso en los sueños de alguien que lo había elegido para algo que ahora no podía recordar con exactitud.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente!!!!!