lunes, 1 de junio de 2009

Celebrating Saint Paddy`s - Lisandro Varela


A San Paddy’s van las oficinistas putas.
La opening line se me ocurre en el sillón del living de Nick La Bestia. Decido mover el traste e ir a San Paddy’s solo para poder usarla.
Voy a usarla haya o no oficinistas putas.
En Viamonte Y San Martín se me confunde el centro y camino media cuadra al revés. Soy del interior.
Para doblar por Paraguay hasta Reconquista hay que pasar un retén policial blando.
Un agente me mira las manos.
-Hola, le digo de distraído y sin pensarlo.
-Hola, responde.
En la esquina de Reconquista hay otros policías dándole indicaciones a unos que están de civil. Parecen pibes chorros mejor vestidos. De uno, más viejo y con cara de asfalto, nadie sospecharía que es cana.
Los de civil empiezan a mezclarse entre la gente. Elijo a uno y lo sigo cincuenta metros. Placer paranoide al cuadrado, el de él y el mío. Placer para tocar de lejos. Dejo de seguirlo.
Miro chicas. Muchas en grupo, muchas en grupo sólo de chicas, algunas ya escabio.
Yo lo siento, pero acá vinieron las oficinistas putas.
También hay extranjeras. Nunca se sabe si una extranjera es puta.
También hay chicas de barrio. Putísimas todas.
También hay chicas mojigatas. Dos.
Tipos hay de todo. Trajeados a 400 pesos que no usan corbata como Clooney. Trajeados a dos lucas que no usan corbata como Clooney. Chicos Legacy. Chicos Gran Lebowsky. Chicos que merodean como hienas disimuladas, viendo cual esta suficientemente borracha.
Me encuentro con una compañerita de la facultad que me gustaba. Le brilla la cara de linda. Esta con un novio un poco gris.
Camino. Hay gente ensimismada que hace la cola para comprar cerveza en los bares que hoy atienden adentro y para llevar.
Hay una fila de media cuadra para comprar en el restaurant El Salmón. El chop de kilo cuesta veinte pesos.
A veinte metros unos motoqueros que paran siempre en Reconquista se dan el fernetazo. Usan una botella grande de coca cortada por la mitad.
Camino de idea y vuelta. Hay mucha gente cada vez mas borracha.
Ya no sé si las oficinistas son putas. Las chicas ríen como idiotas por su lado, los chicos ídem por el suyo.
Todos están más borrachos y todo empeora.
Me voy. Cruzo a Retiro por el Sheraton, en infracción. De casualidad no me pisa el 23, Soldati Retiro, Riestra, Tribunales.

Tomado de: http://vidadocampo.com/
Sobre el autor: Lisandro Varela

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