miércoles, 24 de septiembre de 2008

Despacio ("piano" en italiano) - Jacinto Deleble Garea


Para su desgracia nació con las manos demasiado pequeñas como para interpretar nada correctamente al piano que tanto amaba. El acordeón no era lo mismo y el xilófono le resultaba demasiado limitado. Había probado todos los tratamientos de estiramiento digital prescritos y algunos por él mismo inventados, pero nada; y la perspectiva del quirófano con su cirugía reconstructiva le horrorizaba tanto que cayó en depresión, no encontraba salida.
Se habría suicidado de no ser por la psicóloga a la que oportunamente le remitieron.
—¡Pero si sólo tienes catorce años! ¿Cómo que suicidarte? —comentó ya en la primera sesión, y después de dedicarle un rato al bien documentado informe del médico de cabecera:—A ver, pero ¿tú qué quieres?, "tocar piano" o "tocar, piano".
—¿Cómo?
Pero la psicóloga ni se molestó en contestar sino que le tomó la raíz del problema; esto es, las dos pequeñas manos, y se las instaló sobre sus dos rotundos senos, que el chico acarició como se le recomendaba, despacio. La mejoría fue instantánea.
Desde aquel día consiguió asistir a conciertos de piano sin morirse de envidia, el xilófono no le pareció tan mala idea y desde luego quedó curado de sus autolíticas tendencias. Sólo hubo un efecto secundario al oportuno tratamiento de choque de la psicóloga, que se producía precisamente durante los conciertos, y que podríamos denominar como "poluciones pianísticas".

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